En fin...


martes, 1 de septiembre de 2020

El único problema soy yo

 Está claro que ésta conclusión puede ser en un principio la más usada ya sea o bien por no querer indagar más en el propio problema o quizás porque todo ha dejado de importar ya y te echas de cabeza a lo primero que se te ocurre...¿Es mi caso así? No lo sé, ¿Quizás?¿A caso sé realmente algo? En este punto ya nada de lo que se me ha dicho es real, no sé a quien creer, a quien dejar de creer, que tomar y que dejar. El problema puede parecer el hecho de que te mientan una y otra vez pero realmente...¿És ese nuestro mayor problema y no cuando somos nosotros mismos los que no queremos aceptar algo? Que por más que siga ocurriendo y se rían de nosotros terminamos cediendo una y otra vez, haciendo nuestra propia sepultura cada vez más profunda que la anterior. Todo se va al traste de nuevo, te vuelves a sentir como una mierda, comienzas a ver todas esas cosas raras bien claras en tu mente después de percatarte de la realidad y no te queda nada más por hacer que quedarte mirando el techo de tu habitación preguntándote: "¿Qué será de mi?" "¿Qué he hecho mal?" "¿Por qué nunca harán por mí lo que yo estaría dispuesta a hacer?" Te quedas recogida en un rincón de tu habitación con la mente y las tripas hechas trizas recolectando cada uno de los pensamientos de los últimos días. Joder, eres idiota...Y pensar que ibas a echar todo lo que tienes ahora por la borda por esa persona...¿Para qué? Si de lo único que ha sido capaz es de volverte a mentir en la cara. Trazas otra línea en tu piel que pronto pasará a ser del ese color carmesí que tanto añoras, una por cada mentira, una por cada año, una por cada vez que te dijo te quiero...No puedo más.